martes, 29 de octubre de 2024

RODANDO LA FURIA DE LOS MUERTOS



En el año 2012, comencé el apasionante proceso de creación de los efectos especiales y de los zombies que darían vida a "La furia de los muertos". Este intrigante proyecto fue el resultado de una intensa investigación, en la que nos inspiramos no solo en la cultura del cine de terror, sino también en obras clásicas del género que han dejado huella en la historia del cine. Películas icónicas como "Nueva York bajo el terror de los zombies " y "El amanecer de los muertos" influenciaron profundamente nuestro enfoque, ya que buscábamos capturar la esencia del terror que dichas obras transmitieron. Sin embargo, no fue sino hasta principios de 2013 que el equipo verdaderamente comenzó el rodaje, momento que marcó el inicio de una fase emocionante y desafiante de la producción.

Durante este periodo, también trabajaba paralelamente en otro proyecto cinematográfico titulado "Carnívoros de Manolito Motosierra", lo cual complicó considerablemente la planificación de ambos rodajes. A pesar de estos desafíos, esta experiencia enriqueció inmensamente mi habilidad en la gestión de múltiples producciones. Manejar dos producciones a la vez presentó desafíos únicos, como la necesidad de coordinar horarios conflictivos y compartir recursos limitados entre equipos. Sin embargo, estas exigencias también me brindaron la oportunidad de aplicar y expandir mis habilidades creativas, desarrollando así una versatilidad que resultó invaluable.

La cuidadosa planificación fue crucial para asegurar que cada detalle se atendiera de manera adecuada. Esto abarcó desde la formación del equipo hasta la logística de las localizaciones elegidas, considerando hasta el más mínimo aspecto de la producción. Elegir el entorno adecuado para filmar fue vital; las atmósferas creadas en las escenas con zombies son fundamentales para su efectividad narrativa. Cada selección de herramienta necesaria para el rodaje, incluyendo cámaras de alta definición y sistemas de iluminación sofisticados, se realizó con el objetivo de garantizar que cada escena capturara la esencia de la historia de forma impactante y memorable. Esta atención al detalle fue lo que permitió que cada fotograma contara una historia en sí mismo.

Particularmente, el maquillaje de los zombies requirió un enfoque especial y meticuloso. Utilizamos técnicas artesanas y productos de muy bajo coste que permitieron lograr efectos visuales realmente aterradores. Esto no solo contribuyó a la estética de la película, sino que también brindó un nivel de realismo impactante, facilitando una conexión más profunda entre el público y la trama. Por ejemplo, los prototipos de maquillaje que hice no solo se enfocaron en la apariencia externa, sino también en la representación de la descomposición, lo cual añadió un patetismo que resonó emotivamente con la audiencia.

El proceso de diseño y creación de los zombies fue, en sí mismo, meticuloso y, al mismo tiempo, profundamente inspirador y lleno de creatividad. Cada aspecto del diseño fue cuidadosamente considerado para lograr una representación aterradora y convincente. Recuerdo vívidamente el primer día de rodaje, que se llevó a cabo en un bosque cercano a Villajoyosa; ese día fue memorable, marcando el emocionante inicio de una aventura inolvidable. Uno de los zombies, diseñado específicamente para una escena impactante, resultó ser el personaje que más disfruté crear, ya que su estética única atraía a los espectadores con su apariencia inquietante y su ambientación con barro y hojas que exploramos en el guion.

La escultura de la máscara, cuyas texturas excepcionales aportaron un valor inmenso al proceso del maquillaje creando una base bien cimentada y sólida, combinó su su sencillez artística con elementos naturales que resonaban con el entorno. Usé barro y hojas de forma ingeniosa inspirado por las maravillosas películas de Lucio Fulci, entrelazándolos magistralmente en el diseño del personaje, lo que mejoró la idea del horror que buscábamos transmitir. Este enfoque no solo proporcionó una estética aterradora, sino que también estableció una conexión más profunda con el entorno, haciendo que los zombies parecieran parte integral del paisaje inquietante que habíamos creado. Este aspecto de la producción resaltó la importancia de la integración de efectos visuales y diseño artístico para crear una experiencia más envolvente.

Además, la colaboración con otros artistas y técnicos fue fundamental para lograr una atmósfera inmersiva que cumpliera con nuestras expectativas. Las elecciones de color, textura y el uso de efectos de iluminación fueron cuidadosamente planeados para complementar el diseño de los zombies y generar una atmósfera que capturara la esencia del horror que buscábamos. Todo este esfuerzo conjunto se tradujo en una experiencia cinematográfica que no solo capturó la atención de la audiencia, sino que también los hizo sentir parte integral de la narrativa, transformando el rodaje en un viaje inolvidable hacia lo desconocido.

El primer día de rodaje fue único: además del zombie ya mencionado, tuve la oportunidad de experimentar con efectos especiales utilizando bombas de fumigar. Estas crearon un efecto para los disparos, añadiendo una capa de Splatter y diversión a las escenas que realmente capturó la imaginación de nuestro público.

Mis asistentes, Pamela Maxim y Lorena Yago, hicieron un trabajo excepcional en maquillaje y ambientación durante nuestras sesiones de rodaje en una villa antigua en San Juan. Su dedicación y creatividad fueron geniales. Al igual que el resto del equipo técnico que lograron que la villa pareciera un lugar sacado de una pesadilla. Cada rincón en la villa contaba una historia aterradora, desde la disposición de los objetos hasta el uso de sombras estratégicas, asegurando que cada detalle evocara el terror necesario para sumergir al espectador en la narrativa de la película.

En esta villa, capturaron momentos clave que tuvieron un impacto significativo en la narrativa del proyecto. Exploraron diferentes ángulos de cámara y enfoques que enriquecieron la historia que estábamos contando. La sinergia entre la locación y los efectos especiales logró crear una atmósfera inquietante que se vio reflejada en el resultado final de la película. Por ejemplo, las escenas en las que los zombies emergían de la oscuridad se volvieron memorables gracias a la iluminación cuidadosamente diseñada y la actuación apasionada de los artistas, quienes aportaron una intensidad emocional que resonó con la audiencia.

El último día de rodaje se llevó a cabo en un secarral de San Juan Playa, un paisaje árido que, a pesar de su apariencia desolada, se convirtió en el escenario perfecto para nuestra narrativa. En esta localización, logramos reunir a una horda de aproximadamente30 zombies, cada uno caracterizado por un maquillaje detallado que reflejaba la desesperación y el horror del apocalipsis zombie que intentábamos retratar. Esta experiencia fue un verdadero desafío; no solo por el intenso calor y las condiciones del terreno, sino también por la necesidad de coordinar a un grupo tan numeroso de extras, quienes estaban ansiosos por contribuir a nuestra visión.

Hubo momentos en que la falta de recursos, como disfraces y materiales de maquillaje, nos obligó a improvisar y adaptarnos rápidamente a las circunstancias. Por ejemplo, cuando nos dimos cuenta de que no teníamos suficientes accesorios, decidimos reutilizar algunos elementos del vestuario de los protagonistas para añadir autenticidad a nuestros zombies, como rasguños y manchas de sangre artificial. Esta creatividad fue esencial, especialmente considerando que había una gran cola de personas deseosas de participar como extras, todos entusiasmados y listos para sumergirse en el ambiente de terror que habíamos creado.

Desde la elección del maquillaje hasta la disposición de las escenas, cada aspecto tuvo que ser ajustado sobre la marcha, lo que no solo fortaleció nuestra capacidad para resolver problemas, sino que también fomentó un sentido de camaradería entre todos los involucrados. Este entorno colaborativo resultó en momentos memorables que quedaron grabados en la historia del proyecto, destacando la esencia del trabajo en equipo ante adversidades.

A pesar de las dificultades encontradas durante el rodaje, "La furia de los muertos" fue un proyecto verdaderamente enriquecedor que me enseñó lecciones valiosas. Aprendí a corregir errores al instante y a disfrutar del proceso creativo en cada paso del camino, entendiendo que cada desafío era, en realidad, una oportunidad para mejorar y evolucionar mi visión inicial en algo impactante y memorable. Este viaje no solo se trató de la creación de una película; también fue una profunda experiencia de crecimiento personal y profesional que resaltó cómo la pasión y la determinación pueden superar incluso los obstáculos más desafiantes que se presenten en el camino. La realidad de la creación cinematográfica es una montaña rusa de emociones y aprendizajes que, si bien pueden ser abrumadores, siempre te llevan a lugares inesperados y reconfortantes.



Gracias por su visita!

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